El
sueño de cualquier nación poderosa es controlar al resto de naciones.
Una
forma estratégica es a través de la política migratoria.
No
es cualquier cosa tenerle a cualquier país varios millones de sus habitantes y
participar en sus ingresos con remesas que representan hasta el 16% de su PIB.
Y
además, ocupar su mano de obra para actividades económicas de menor capital
intelectual y así ocuparse en actividades de mayor valor agregado.
Así,
no parece lógico regresar millones de personas a muchos países.
La zozobra migratoria parecería venir de grupos
perversos que solo buscan sembrar odio en el mundo.