En un reciente taller sobre evasión de impuestos donde participaron
varios países de la región latinoamericana se evidenció el grave problema de la
tributación voluntaria que básicamente se convierte en el problema común de todos
los recaudadores.
Dicho de otra manera, las personas siempre buscarán la forma de no
pagar o pagar menos de lo que les corresponde.
Esto tiene que ver con un concepto que desde antes hemos tratado en
este espacio como la CULTURA TRIBUTARIA.
Básicamente en todos los países del mundo existen evasores pero el
índice estará determinado por la cultura tributaria de cada sociedad.
Ya hemos dicho que la cultura tributaria tiene que ver con el grado de
concientización que tiene cada ciudadano sobre su responsabilidad social a
contribuir con el funcionamiento del aparato de gobierno.
Lógicamente esto está relacionado con dos grandes variables incisivas:
LA PERCEPCION y el CONTAGIO.
LA PERCEPCION está básicamente relacionada con dos realidades
subjetivas: el grado de credibilidad
que los ciudadanos tienen sobre la transparencia en la administración de sus
impuestos; y por el grado de valoración
sobre como regresan esos impuestos en beneficios sociales.
EL CONTAGIO está determinado por el comportamiento o conducta de
grupos o sectores conocidos. Estos grupos no necesariamente pertenecen a una
actividad económica u otra clasificación formal, simplemente son grupos de
conocimiento.
El fenómeno se da cuando las personas se dan cuenta que otros evaden y
no tienen mayores consecuencias legales, lo cual crea una sensación de
victimización y de injusticia induciéndolos a copiar dicho comportamiento.
Vemos entonces que el verdadero reto para lograr un cumplimiento
voluntario de las leyes en general pasa por una reforma estructural del
comportamiento ejemplarizante de las autoridades para generar una cultura de
respeto a la ley y a las instituciones.