Lo que TODOS saben es que
es posible el sexo sin amor (función fisiológica) llegando al extremo de la
impersonalización del acto, donde ni siquiera importa la otra persona sino la
satisfacción carnal y el placer egoísta. Esto provoca degradación humana y
perversión moral.
Pero POCOS saben que es
posible el amor sin sexo (función afectiva), en la cual se establece una relación
supra sensorial, más humana y desinteresada, que puede llegar al extremo de la
unión espiritual y síquica donde el placer radica en el entendimiento y el
bienestar mutuo. Esto equivaldría a la perfección de seres cuasi celestiales.