Desde
niños sucede que hay prototipos a seguir: el juguete del vecinito, la ropa, el
colegio y hasta el peinado, pero en todo caso lo que establece esa supuesta
superioridad es el aspecto material, ya que conductualmente suele ser el más
vago y pícaro.
Seguimos
esa estela por toda la vida y ahí vamos fieles tras la pauta de los que tienen
más posibilidades materiales.
Queremos
tener lo que otros tienen; queremos hacer lo que otros hacen, y por eso nunca
podemos ser felices.
Pero la clave de la verdadera felicidad es muy
simple y consiste en Ser Uno Mismo.