¿Cuál es el punto?, ¿Los beneficios legales o
el reconocimiento de la conducta gay?.
Los diputados se han enfrascado en una
discusión estéril; más considerando que se trata simplemente de la ratificación
a la enmienda constitucional ya aprobada en 2009; o bien, más que discusión
estéril, ¿Será el cerrojo de una verdadera caja de pandora?.
La verdad es que hoy en día cualquier cosa
puede pasar.
Y como la presión social es inminente los
legisladores ya buscan una figura legal alterna que permita uniones entre
personas del mismo sexo para que puedan mantener los “derechos civiles”
adquiridos por el hecho de ser personas, como adquirir préstamos o heredar
posesiones.
Bueno, entonces con este nuevo panorama, se
está generando suficiente motivo para que puedan sentirse discriminados todos
aquellos que por afinidad (y no por preferencias sexuales) quieran ejercer
derechos civiles de esta naturaleza.
“Al todo por los cuernos”, que nos quieran dar
“atol con el dedo”:
- Si de derechos civiles se trata, pues entonces que sea genérico para beneficiar a toda la población y que no tenga nada que ver con las preferencias sexuales.
- Si de reconocimiento a las relaciones homosexuales se trata, pues que no “anden con tapujos”; ya el respeto y la no discriminación la tienen ganada y conviven entre nosotros sin ningún problema, ¿Qué más quieren?; pero si tanto les urge (Rom.1:26,27,32) inventar un arreglo jurídico para esa relación pues que la hagan, pero que igualmente respeten la santa institución de los heterosexuales: EL MATRIMONIO (Palabra propia y sobrentendida de relaciones heterosexuales sin ningún tipo de epítetos y según la misma RAE como la unión de hombre y mujer).