Un hombre que no participa
en los quehaceres de la casa es un ciudadano estéril.

Por ejemplo, si no barre
en la casa menos le importará el aseo de la ciudad.
El hombre de hogar es
comprometido y solidario con la causa del hogar; forma un equipo que hombro a
hombro cargan con su funcionamiento; y esta actitud se irradia hacia la
sociedad.
Solo desde el hogar superaremos una sociedad desidiosa e indiferente.