marzo 15, 2012

101- LA EXTINCION DEL MATRIMONIO

La exigencia del derecho al matrimonio por parte de diversos grupos en la sociedad, tiene su verdadera concepción en las profundidades oscuras más insospechadas aún por sus propios promotores, y es su extinción; ya que la aceptación de esa aparente variedad lo que conlleva en sus entrañas es provocar una gama cada vez más difusa que pretendiendo considerarse como derecho de todos, en realidad de volvería privilegio de nadie; hasta el punto de llegar en algún momento a convertirse execrable por los que hoy en día lo practican tal como fue concebido originalmente y a mucha honra.
El encanto de su significado simplemente se disiparía en la vaciedad de la concupiscencia.
Esto no es ninguna exageración y hasta es ilustrado muy claramente por medio de un chascarrillo que nos compartió nuestro buen amigo Byron, el cual circula por email desde hace varios años y se refiere en algunos sitios en la web, el cual asimismo compartimos:
Futuras escenas en un Registro Civil:
ESCENA Nº 1:
- "Siguiente."
- "Buenos días, quería pedir una licencia de matrimonio".
- "¿Nombres?".
- "Antonio y Juan Jiménez Seisdedos".
- "¿Jiménez Seisdedos? ¿Son familiares?".
- "Si, somos hermanos".
- "¿Hermanos? No pueden casarse".
- "¿Por qué no?. ¿No están dando licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo?".
- "Si, a miles. Pero no a hermanos. ¡Eso es incesto! No me importa que sean Uds. homosexuales, pero sí que sean hermanos".
- "¿Homosexuales?. No, nosotros no somos homosexuales".
- "¿No son gays? ¿Entonces por qué quieren casarse?".
- "Por los beneficios fiscales que reporta, por supuesto. Y además nos queremos. Por otro lado, no tenemos más pretendientes".
- "Pero estamos dando licencias de matrimonio a parejas de gays y lesbianas a las que les ha sido denegada una protección equitativa ante la ley. Si no sois gays, podéis casaros con una mujer".
- "Un momento. Un gay tiene el mismo derecho a casarse con una mujer que yo. Pero sólo porque yo no soy gay no significa que me quiera casar con una mujer. Yo me quiero casar con Juan. ¿Es que nos va a discriminar porque no somos gays?".
- "De acuerdo, de acuerdo, aquí tiene su licencia. Siguiente"
ESCENA Nº2:
- "Hola. Estamos aquí porque queremos casarnos".
- "¿Nombres?".
- "Abelardo Espinete, Jaime Porras, Elena Espárrago y Matilde Cabeza de Vaca".
- "¿Y quién se quiere casar con quien?".
- "Todos nos queremos casar con todos".
- "¡Pero si sois cuatro!".
- "Correcto. Verá, es que somos bisexuales. Yo amo a Jaime y Elena, Jaime me quiere a mí y a Elena, Elena me quiere a mí y a Matilde y Matilde quiere a Jaime y a Elena. Casarnos todos juntos es la única manera que tenemos para expresar nuestras preferencias sexuales en el matrimonio".
- "Lo siento, sólo estamos dando licencias a parejas de gays y lesbianas".
- "O sea, que están discriminando a los bisexuales".
- "No, lo que ocurre es que la idea tradicional es que el matrimonio es para parejas".
- "¿Desde cuándo están ustedes siguiendo la tradición?".
- "Bueno, en algún sitio tiene que estar el límite...".
- "¿Quién lo dice? No hay razón para limitar el matrimonio a las parejas. Cuantos más, mejor. Además, ¡exigimos nuestros derechos! El PSOE dice que la constitución garantiza la misma protección para todos bajo la ley. ¡Denos nuestra licencia de matrimonio!".
- "De acuerdo, de acuerdo, aquí la tiene. Siguiente"
ESCENA Nº 3:
- "Hola, quería una licencia de matrimonio".
- "¿A qué nombres, por favor?".
- "Facundo Sarasa".
- "¿Y el otro?".
- "Sólo soy yo. Me quiero casar conmigo".
- "¿Casarte contigo? ¿Qué quieres decir?".
- "Bueno, mi psiquiatra dice que tengo personalidad doble, de modo que quiero que se casen mis dos "yos". Quizá entonces me rebajen los impuesto al hacer la declaración conjunta".

marzo 08, 2012

100- EL MATRIMONIO

La palabra matrimonio tiene su origen etimológico en las entrañas del derecho romano; desde la simpleza del significado de sus raíces: matri=madre y monio=derecho, calidad de, función de, la cual se usa combinada con muchas otras raíces para darle legalidad o reconocimiento jurídico a la palabra antepuesta.

En este sentido, y tomando como contexto que en la historia del ser humano el sexo femenino ha sufrido etapas muy oscuras de discriminación; puede considerarse éste como uno de los grandes logros en el reconocimiento de sus derechos y equiparamiento de su estatus social.
Uno de los grandes perjuicios históricos del sexo femenino ha sido su utilización como objeto sexual en sus dos grandes esferas de acción: erótico y reproductivo.

El matrimonio pretendía constituirse en un instrumento jurídico que protegiera a la mujer del abuso; de su utilización indiscriminada para fines eróticos y reproductivos; de esta manera, cualquier acción de esta índole fuera del matrimonio debería ser objeto de ilegalidad.

En el mismo orden se constituye la palabra patrimonio, que en esencia se refiere a la responsabilidad y función del padre dentro del hogar consistente en proveer a la esposa e hijos las provisiones de tipo económico, de protección y de integridad. De ahí su usanza actual referida a los bienes con que cuenta cualquier persona. Por su lado, la madre cumpliría la delicada, importante y típica función hogareña de la concepción, procreación y cuidado de los hijos y de la casa.
Entiéndase matrimonio como el legítimo derecho de una pareja para el cumplimiento responsable de la función humana de la procreación con roles específicos establecidos con base a la naturaleza física del hombre y la mujer.

La palabra matrimonio tiene una esencia inequívocamente en el establecimiento de roles específicos y claros dentro de la familia, por lo que cualquier alteración a su concepción lo convierte en un adefesio que desfigura, trasgrede, adultera y pisotea el orden establecido por la lógica y la misma naturaleza.

marzo 06, 2012

99- EL NECESARIO "ASÍ NACIDOS"


En virtud de llamar las cosas por su nombre y en honor de muchas mentes que son atiborradas con estratagemas para obligarlos a la confusión, aquí la esencia de lo que significa la enmienda constitucional que es tema de actualidad en vista de encontrarnos a las puertas de cerrar este período legislativo que tiene en sus manos su ratificación.

Nos centramos en la constitución porque aunque cualquier otra ley secundaria diga cualquier cosa, es esta la que prima en cualquier controversia.
El texto actual del artículo 33 dice: “Regulará asimismo las relaciones familiares resultantes de la unión estable de un varón y una mujer”.
El texto propuesto diría: “Regulará asimismo las relaciones resultantes de la unión estable de un hombre y una mujer, así nacidos, y que no tengan impedimento para contraer matrimonio”.

El Argumento de la iniciativa consiste en poner un cerrojo definitivo a toda posibilidad de permitir los matrimonios entre personas del mismo sexo o el reconocimiento de los mismos aunque hayan sido celebrados en otro país con tales prácticas, en vista de que El Salvador es firmante del Código Bustamante vigente en nuestro país desde 1931.
Esta iniciativa de derecho internacional cuya incidencia solo puede ser frenada por la misma constitución, contiene una cláusula que fácilmente puede dar lugar a interpretaciones orientadas para tal fin con base en su artículo 41 que textualmente dice: “Se tendrá en todas partes como válido en cuanto a la forma, el matrimonio celebrado en la que establezcan como eficaz las leyes del país en que se efectúe”.

Con tales disposiciones en el aire es fácil imaginar que en cualquier momento cualquier legislador interesado puede promover una de las conocidas interpretaciones jurídicas locuaces para institucionalizar una práctica que simplemente va en contra de nuestros muy arraigados y culturales principios como es el matrimonio; independientemente que a los superdotados promiscuos les parezca con menosprecio un paradigma tercermundista.

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