No podemos menos que aplaudir la iniciativa que ha tenido el gobierno cubano en el sentido de prohibir la promoción y difusión de música con contenido vulgar.
Una disposición legal de este tipo debería promulgarse más bien en el mundo entero tan necesitado de lineamientos que le muestren lo torcido del camino por el que se conducen en cuanto a sus gustos y preferencias.
Una disposición legal de este tipo debería promulgarse más bien en el mundo entero tan necesitado de lineamientos que le muestren lo torcido del camino por el que se conducen en cuanto a sus gustos y preferencias.
Lo que particularmente nos complace es que siendo
una iniciativa de naturaleza moral no proviene de ninguna iglesia lo cual
demuestra que la promoción del bien no tiene porqué ser un tema religioso.
Creemos que más del 90% de la música a la que la
ciudadanía en general tiene acceso, es expuesta u obligada a digerir, contiene
letras decadentes; son inspiradas por todo lo negativo de la problemática
social pero enfocada en intensificar y hasta promover la pérdida de los
principios y valores en lugar de orientar propuestas o infundir positivismo.
Uno de los grandes difusores y promotores de la decadencia moral de la
sociedad enquistada en los centros de poder son los mismos medios
de comunicación; ya que al realizar un recorrido por internet encontramos
que casi por unanimidad los medios no ven bien la disposición. El titular más
recurrente: “Cuba se queda sin flow” y todas sus variantes, las cuales no disimulan la malicia de su enfoque.
El presidente del Instituto Cubano de la Música fue claro
al expresar "No se trata exclusivamente del reguetón. Expresiones
vulgares, banales y mediocres se registran en otras prácticas musicales. De
modo que no debemos particularizar en un género”.
Entonces nos preguntamos, ¿Qué los medios no pueden
dar una noticia tal cual es?, ¿Qué no pueden ser
normales?.