Así, soberbias y pomposas se levantan las
alas de la ilustración planeando con elegancia sobre la realidad y matizando
con vistosos colores razones que parecen convincentes hasta la hipnosis.
Buscar justificaciones literales en la antigua cultura bíblica es el colmo de la cauterización de nuestra moral contemporánea. Son verdaderos vientos de apostasía moral ya ampliamente advertidos.
Recientemente un artículo pro-gay
presumiendo un enfoque modernista y científico esgrimía con cierto escozor las
bases que han sostenido la integridad de la sexualidad a través de la historia.
Con ese nivel de evolución no sería raro
que de repente comencemos a encontrar argumentos sólidos y justificantes a
favor de los que se echan con animales, los que practican orgías, los que se
perturban con fantasías sexuales, los que abusan de niños, los asesinos y todo
el amplio etcétera de aberraciones que por antonomasia condena la Palabra.Buscar justificaciones literales en la antigua cultura bíblica es el colmo de la cauterización de nuestra moral contemporánea. Son verdaderos vientos de apostasía moral ya ampliamente advertidos.
Porqué mejor no pensar en razones más obvias, comprobables y manejables.
Podemos mencionar por lo menos dos que repuntan con estrépito en la realidad,
pero que son acalladas por el mercantilismo y por la misma influencia
mediática.
1. La saturación de los mercados con alimentos procesados a base
ingredientes químicos degradantes, o bien los manipulados en laboratorios como
los transgénicos. Por ejemplo, el crecimiento acelerado de las aves en las
granjas con bases hormonales, se ha comprobado que tienen algún efecto en el
desarrollo prematuro de niñas; entonces qué podríamos esperar como efecto en
los niños.
2. La responsabilidad paterna también es importante porque muchos niños
no diferencian la figura paterna de la materna. Muchos padres tratan a sus
varoncitos como niñas y hasta los besan en la boca por citar un ejemplo;
mientras en la misma naturaleza vemos como los animales machos imponen y
establecen su figura a sus crías.
De cualquier manera, lo que sí es reiterativo es la consideración al
soplo universal de vida, al alma humana que soslaya la realidad de su espectro
en la sociedad.
A ese justo momento de convertir la piedra que se perfila a punto de ser
lanzada desde nuestra mano, en un oportuno salvavidas arrojado con atención y
comprensión a la azarosa alma que desesperadamente anegada en el infortunio
emerge en el reconocimiento y esperanza de encontrar y pisar tierra firme.